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llega-a-ser-el-que-eres

El bello rostro de la vida.

Paseaba por las calles oscuras
borracho de un lugar a otro,
mirando con ojos apagados yo
buscaba el bello rostro de la vida.

Anhelándolo, ansioso de querer
tocar su cara, de mirarla eternamente.

No quise seguir andando, me detuve y deje
mi alma en algún rincón desconocido,
en alguna callejuela sucia y ruidosa,
desabitada y en el olvido.

Paso el tiempo, lentamente, desesperado
por querer ver una ilusión inútil,
su rostro, oír su voz, perder el tiempo
hasta el amanecer de un nuevo día.

Sentir el viento pasando por mi piel,
luz blanca que matas mi ira, ahogas
mi dolor con tu esencia y me haces
creer que todo es dulce como la miel.

En aquel rincón oculto, en esa callejuela,
había algo escrito, decía;

Cuando te caigas, en el olvido, en
el vacío, en la nada, aprenderás
a levantarte y yo estaré allí.

El bello rostro de la vida.

4 comentarios

Aki -

A ver si escribes algo, que está muy parado.

Susi -

Lindo, lindo como vos. Como estas pibe? ya sé, muchos días. Nos perdimos el rastro... Pero sigo aquí... soy como la vida, que no se ve y se siente, igual que tú. Me alegra que sigas escribiendo tan bonito... Un besazo

O2wasting -

Con la extraña lucidez que brinda la ebriedad se ven, se sienten, y se piensan cosas extrañas... ¿y dónde está el bello rostro de la vida?, en aquel rincón oculto, y, en realidad, en todas partes, porque la belleza se descubré allá donde la materia gris, el músculo rojo y los ojos quieren, desean, precisan verla...
Un abrazo, Luis, compañero en el hambre, en la sed, en la búsqueda.