Juan sin miedo
Todo el día tirado en el sofá, pensando; “¿Qué estoy haciendo con mi vida?”. Cogió las llaves de su casa, su paquete de cigarrillos, y su cartera con apenas unas monedillas cuya única y sagrada función, es pagar su intoxicación en el bar de abajo. Que podía esperar de la vida, nada, el merito en la vida de un hombre lo construye uno mismo o no hacer nada y dejar las cosas tal y como están. Sabía que en el bar de abajo, tocaría un grupo de Jazz, llamado “Moho Light”, ya tenía una excusa para beber y olvidar. Salió de su apartamento y entró en el ascensor. Dentro estaba su vecina, una chica joven de delicadas curvas, guapa, con ojos claros y cabello oscuro. De ella sabe que vive en el piso de arriba y que vive sola, y que le gusta el Jazz, casi todas las noches entra por la ventana de su dormitorio, el sonido de trompetas y pianos arrastrado por el viento. El es una persona solitaria, tímida, acostumbrado a vivir en ríos de tinta. Tenia que reunir valor para poder hablar con ella. Le lanzaba señales para romper el incomodo silencio, como quedarse mirándola fijamente mientras la mirada de ella se perdía en el infinito. Se abrieron sus labios y ella tuvo que esforzarse por entender aquellas palabras casi imperceptibles;
-Hola, me llamo Juan, vivo en el piso de abajo.
-Hola, yo soy Ángela.
El silencio se eternizo y no hubo una agradable conversación con largas frases.
-Mmmmm, queee siiii te apetece esta noche ir aaa...que si no tienes nada que hacer o si te vas a quedar en tu…..-se dio cuenta que estaba dando demasiados rodeos.
-¿Qué?- pregunto ella impaciente.
-Esta noche toca un grupo de Jazz en el bar de abajo, yo iba a tomarme unas cervezas, ¿te apetece?
-Pues…no se... bueno, vale. Espera abajo porque tengo que subir a cambiarme y coger dinero.
-Vale, yo te invitaría a tomar algo pero no tengo mucho dinero.
-No te preocupes. Ahora en unos minutos bajo. ¿Vale?
-Vale. Nos vemos ahí. Adiós.
Le dio tiempo para enchufarse un cigarro y terminarlo, se saco otro y se lo enchufó y otro y otro. Cuando ella llegó, caminaron hacia el bar. El lugar estaba lleno de gente. Entraron como pudieron, soportando codazos y pisotones, respirando una gran nube gris, sintiendo el calor del bullicio. Ambos, se fusionaron con el ambiente, compartiendo durante el tiempo de la actuación, su existencia con la masa y divorciándose de la soledad. El ruido no facilitaba la conversación, y por lo tanto, el acercamiento entre almas, pero, no fue motivo para distanciarse. Existía una curiosidad, un misterio latente en sus miradas que los fusionaba, un abrazo que la distancia no rompe. De su corazón salieron alas, su cuerpo, en un bar cutre escuchando música de jazz, y su alma, volando con la magia del momento. Lleno de fuerza, el agarró su mano con energía, y ella le respondió juntando su cuerpo con el suyo. Juntando mitades de un todo. El grupo terminó de tocar todo su repertorio de canciones. Salieron a la calle. Estaban incómodos en la calle, la noche era gélida, al igual que sus vidas antes de haberse cruzado en el ascensor. Ambos deseaban acariciarse desnudos, conocer los misterios del otro, sus secretos, profundizar…El ascensor paró en el cero. Juan despertó de un pensamiento idealizado a la realidad. El silencio siguió eterno hasta la ultima planta. No habían mantenido una conversación. La creación de nuevos caminos es fruto de la actitud de un hombre, de su lucha diaria, de su aprendizaje interior, y Juan, se fue hacia el bar de enfrente solo, como tantas otras veces.
1 comentario
desperdicio -
Ante todo, me gusta. En mi opinión, los mejores aspectos son el estilo sencillo y directo con el que consigues un buen ritmo, y los diálogos, muy naturales.
Faltaría, a mi juicio, pulir ciertas cuestiones, como evitar redundar en la descripción de una misma situación: desde "El lugar estaba lleno de gente.." a "El ruido no facilitaba la conversación" se incide una y otra vez sobre lo mismo... tal vez podrías haber sintetizado, o fusionado las frases, de manera que la lectura resultara más "rítmica".
Sigue escribiendo, y publicando, que te lea...
(Por cierto, cambié de sitio, ahora nos leemos en http://desperdiciodeoxigeno.wordpress.com/)
;)