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Una luz en el fondo de la oscuridad.

A cada una de las habilidades del alma le pertenece una virtud o ideal. La razón debe aspirar a la sabiduría, la voluntad debe mostrar valor y, al deseo, hay que frenarlo para que el ser humano muestre moderación. El ser humano solamente será feliz si utiliza todas sus capacidades y sus posibilidades. Esto pensaban los antiguos filósofos o intelectuales. ¿Qué pensamos nosotros ahora de esto? Creo que mucha gente simplemente prefiere no plantearse si es o no es feliz, viven sin preguntarse si verdaderamente son felices con sus vidas y si se lo preguntan aceptan la mierda que les rodea. Por cierto, cuanta mierda hay dentro de este mundo. Algunos están convencidos de que la felicidad se consigue teniendo un buen puesto de trabajo, con un jugoso sueldo y ese olor a poder. Podrán ver como otra gente que no ha tenido esa motivación o ambición, son felices prescindiendo de esos lujos porque no dependen de esas cosas.

¿De que depende la felicidad? Ni puta idea porque si no seria feliz. La felicidad tiene un sentido efímero, es decir, tu puedes tenerlo todo (novia, éxito en tu trabajo, sociabilidad) y de repente, todo eso se puede perder, dejas a tu novia por falta de entendimiento o incompatibilidad de caracteres, tu trabajo se viene a bajo y tu vida social te resulta incomoda. Entonces cuando ya no posees nada de eso, ves como la felicidad es frágil y de dos caras.  La vida misma es triste y solemne. Entramos en un momento maravilloso, nos conocemos, nos saludamos y caminamos juntos un ratito. Luego nos perdemos y desaparecemos de repente y tan sin razón como llegamos. Saborear el jugo de la vida consiste en probar un caldo de muchos ingredientes. Cada uno encuentra a su manera y con sus palabras la felicidad en su mente y no dependiendo de las palabras de los demás.

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